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La cárcel en la siberia argentina
A principios de siglo XX en un territorio remoto, con un clima hostil, rodeado de montañas y bordeado por las gélidas aguas del Canal Beagle, se encontraba un enorme edificio de piedra poblado de los reos más peligrosos del país.
Quienes recuperaron su libertad y lograron salir de la isla contaban las historias más aterradoras de este lugar escalofriante. Por mucho tiempo este infierno helado fue conocido como la Siberia argentina al que nadie quería venir a cumplir su condena.
Acá les contamos algunas curiosidades sobre el Penal de Ushuaia:
1. El pueblo fue fundado en 1884 y una manera de establecer población argentina de forma permanente fue creando una colonia penal en Tierra del Fuego inspirado en los presidios construidos por los ingleses en Australia.
2. En ese momento la población más cercana era Punta Arenas, en Chile, al pie del Estrecho de Magallanes a más de 500 km de Ushuaia. Esta condición de aislamiento parecida a la Cárcel de Alcatraz sumado a las bajas temperaturas y la casi inexistencia de animales terrestres grandes para ser cazados desalentó mucho las fugas entre los penados. Algunos ni siquiera se arriesgaban y preferían estar calefaccionados y recibir comida en el Presidio que intentar sobrevivir en la Tierra del Fuego.
3. El edificio cuenta con un hall central y cinco pabellones de dos pisos con un total de 380 celdas unipersonales. Esta forma arquitectónica de modelo panóptico fue elegida para esta cárcel ya que desde la nave principal se podía observar todos los prisioneros recluidos en sus celdas con la menor cantidad de guardias, además con este sistema los presos no sabían si realmente estaban siendo observados o no.
4. Los penados se encargaron de construir su propia cárcel. El edificio está hecho de roca de la zona y argamasa, una mezcla de arena y cal. Las puertas y los pisos de las celdas eran de madera de lenga y las rejas y barandas de hierro forjado.
5. Si prestan atención el edificio no cuenta con un muro perimetral y nunca lo tuvo. Contaba con una extensa alambrada y varios puestos de control. Dejando así que los presos tuvieran visión con el exterior y a su vez, los vecinos podían ver el funcionamiento interno.
6. La cárcel ayudó al desarrollo de Ushuaia, los presos fueron la mano de obra y se encargaron de abrir las calles, construir puentes y edificios públicos como la escuela, la casa del gobernador y la Iglesia. Además contaban con varios talleres como carpintería, aserradero, sastrería o zapatería. También la primera usina, la imprenta, cuartel de bomberos, banda musical y el hospital funcionaban desde el Presidio.
7. Uno de los presos más conocidos fue Cayetano Santos Godino, el “Petiso Orejudo” conocido por ser el primer asesino en serie del país. Fue el responsable de la muerte de cuatro niños, siete intentos de homicidio y el incendio de siete edificios. Al Penal de Ushuaia llegó en 1923 y vivió allí hasta 1944. La muerte de Santos Godino está regada de misterios que podrán desvelar en su visita al Presidio.
8. Otro de los presos más conocidos fue Simón Radowitzky un joven anarquista de origen ruso conocido por haber matado en Buenos Aires al jefe de la policía Ramón Falcón cuando le colocó una bomba debajo de su carruaje. Protagonizó una de las fugas más conocidas de la Cárcel del Fin del Mundo ya que logró escapar en barco hasta Chile, ayudado por anarquistas desde fuera. Su proeza fue truncada ya que antes de llegar a Punta Arenas fue interceptado por la policía chilena y regresado a Ushuaia. Años más tarde fue indultado por el Presidente Yrigoyen con la obligación al exilio.
9. El periodista y escritor Ricardo Rojas también fue enviado al Presidio de Ushuaia. Tras el golpe de Estado en 1930, fue arrestado por ser militante radical. Si bien no estuvo confinado en la cárcel vivió en una pequeña casa en el poblado. Durante su estadía en el Fin del Mundo se inspiró en escribir el libro “Archipiélago” sobre los nativos de la región, los primeros pobladores y una dura crítica a la realidad de Ushuaia de esa época.
10. El último alcaide de la Prisión fue Roberto Pettinato, el padre del músico y conductor. Había llegado a ser el Director Nacional de la Penitenciaría de Argentina y en Ushuaia cumplió un rol importante ya para el final de la historia del Presidio. Fue quien humanizó la cárcel eliminando el uniforme a rayas, los grilletes, eliminó ciertos castigos además de incorporar actividades culturales y deportivas para los internos, como él prefería llamarlos.
Al ingreso se encontrarán con el Museo Marítimo que ilustra los navegantes de la región desde los nativos canoeros pasando por los primeros exploradores europeos, loberos y balleneros y expediciones científicas que visitaron el archipiélago fueguino siglos atrás.
Luego caminarán por el pabellón 4 donde se encuentra el Museo del Presidio. Allí podrán recorrer las celdas donde se exponen fotografías, maquetas, objetos hechos por los presos, uniformes y reseñas de los presos más famosos de esta cárcel.
En la parte superior encontrarán el Museo Antártico, una exhibición de fauna antártica taxidermizadas, historia de las expediciones al continente blanco.
Además cuenta en uno de los pabellones una Galería de Arte con exposición de artistas locales.
El pabellón Histórico es el único que no se ha restaurado y se encuentra tal cual desde que se cerró el Presidio en 1947, es un pabellón lúgubre y frío para que puedas vivenciar cómo era vivir en la Cárcel del Fin del Mundo.
En los exteriores podrán observar la réplica en tamaño real del verdadero Faro del Fin del Mundo, antiguas locomotoras del tren de los presos y algunos botes utilizados en aquella época.
Sellando tu entrada antes de irte podrás utilizarla al día siguiente.
Podés consultar por las visitas teatralizadas que se realizan periódicamente.
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